martes, 23 de abril de 2013

Mi regreso a la pista



Hace casi 2 años que corrí mi último 3000m.obs fue en Julio de 2011 en Castellón, aún no lo sabía pero ya estaba embarazada. La temporada pasada por mi reciente maternidad no disputé ninguna prueba en pista. Desde Mayo de 2012 hasta el sábado pasado he participado en pruebas de cross y ruta principalmente pero no había pisado la pista en competición. 

Desde que fui mamá, salir a correr me aporta un puntito más de satisfacción y superación personal, pero volver a ponerme las zapatillas de clavos para correr en pista me hace sentir de nuevo atleta.

Lejos de mis marcas, el sábado en la final de la liga de clubes de Madrid, representando al A.D Marathon volví a encontrarme con mis amigos “los obstáculos”. Con muy poquita preparación tenía ciertas dudas sobre cómo iba a encontrarme en carrera, sobre todo en las últimas vueltas cuando las fuerzas van justas. Para mi sorpresa, las sensaciones fueron bastante buenas y conseguí ganar la carrera.



Siempre he dicho que las competiciones de equipo me encantan, desde 2001 que fiché por el Ría Ferrol he participado en casi todas las competiciones de liga de División de Honor, con el Ría Ferrol, Puma Chapín Jerez y Simply Scorpio de Zaragoza siempre he estado dispuesta a colaborar con mi equipo. Me gusta el ambiente que se respira en estas competiciones.



Una curiosa coincidencia es que desde finales de los años 90, en categoría junior-promesa (como me dice siempre Pablo: si apuntases todas tus carreras lo sabrías) no había vuelto a participar en la liga de Madrid. Fue en el año 1995 cuando comencé a practicar atletismo en el Boadilla, ni Tamara ni yo despuntábamos en ninguna prueba pero ¡nos apuntábamos a todo!. Recuerdo la primera competición de liga de Madrid en la que participé, fue en San Sebastián de los Reyes, en principio iba a participar en el 4x400 pero al final hice el peso y el 1500m.l. En peso no llegué a los 7m y en el 1500m.l hice una marca de ¡6 minutos y pico! Pero lo mejor de todo era lo bien que lo pasábamos desde primera hora de la mañana hasta que terminaran las pruebas.

Con el paso de los años cambian las expectativas, la dedicación y motivación son diferentes pero si hay algo que no desaparece son las ganas de correr.

miércoles, 17 de abril de 2013

Tragedia en el maratón de Boston


Indignación, rabia, tristeza…

Una mezcla de sentimientos se agolpan dentro de mi. No consigo entender cómo pueden ocurrir hechos así. Cada vez que se produce algún atentado pienso en la gente que está allí y que podríamos ser cualquiera de nosotros. El miedo y la inseguridad entran en nuestra actividad diaria.

Hechos como el de ayer hace que recuerde los atentados producidos en 2001 en Nueva York y 2005 en Madrid y como asistíamos atónitos a las noticias e imágenes que nos llegaban. Las víctimas eran gente anónima que estaba en sus puestos de trabajo en New York o yendo a trabajar y a estudiar en el caso de Madrid. Quizás las explosiones de ayer en el maratón de Boston no tengan relación con los otros atentados pero en cualquier caso se trata de un atentado contra la humanidad.

Como amante del deporte, he participado en gran cantidad de carreras en ruta. En otros casos he sido espectadora, en España he asistido a los maratones de Sevilla, Barcelona y casi todos los años nos acercamos a los últimos kilómetros del maratón de Madrid para animar a los corredores. Estos últimos años he podido disfrutar como espectadora de grandes maratones como Berlín ó Nueva York.

animando en Central Park - NY 2011

Los últimos metros de los maratones son emocionantes. El esfuerzo, sacrificio de los corredores están a punto de convertirse en satisfacción, felicidad. Las caras de los corredores transmiten emoción, se ven imágenes maravillosas, familiares y amigos dando ánimos a los corredores, padres que se paran con lágrimas en los ojos para besar a sus mujeres y coger a sus hijos para que atraviesen con ellos el arco de meta. Ilusión y alegría compartida.

La mayoría de los espectadores en la llegada de los maratones son mujeres y niños, gente inocente esperando a sus seres queridos. Personas que tan sólo querían  animar y ser partícipes de la alegría de otros al cruzar la línea de meta.

Una imagen que no puedo quitarme de la cabeza es la que nos muestra a cientos de corredores parados antes de llegar a la meta. Corredores  que ya han corrido más de 30km, que ignoran lo sucedido y a los que en pantalón corto les van llegando las primeras informaciones, sin posibilidad de contactar con sus familiares y sin sus pertenencias. No puedo imaginarme la desesperación de los corredores parados que tuvieran familiares esperándoles en meta.

corredores parados en Boston

No entiendo a la humanidad. No entiendo como hay personas capaces de actuar así. Creo que con lo sucedido en Boston se ha marcado un antes y un después en los maratones, cruzar el arco de meta de cualquier maratón a partir de ahora tendrá mucho más significado.